He llegado a imaginar el sufrimiento del niño(-a) después de verte en el primer viaje (tanto si fuera en Rusia, como en Polonia), y el dolor nuestro por dejarlo tan lejos...debe ser muy duro. Me surge una idea: llevar algún regalo para que nos recuerde con cariño y que mantenga la esperanza de que volveremos pronto. Sería una suerte para él, que fuera todavía un bebé: para que no se diera cuenta de lo que pasa a su alrededor y de la larga espera del reencuentro. Podríamos llevar fotos nuestras, de casa, de los perritos, los tíos, los abuelos, los amigos...pero habrá que consultarlo.
Lo que sí creo que puede ser importante, sería aprender algo del idioma del país por el que nos decidamos (palabras claves): eso sí, como fuera chino estaríamos fastidiados...
Hay muchas cosas que recapacitar para decidirse por el país: tiempo que dura el proceso, información médica, número de viajes, edad de los niños y el aspecto económico también cuenta; aunque ahora sabemos que ésto no es tan importante.
El aspecto cultural y la diversidad, nos hace que Rusia sea más atractiva en principio: no nos asusta la distancia y es un incentivo más el saber que puede haber tantas opciones distintas...
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