lunes, 2 de marzo de 2015

EL ADIÓS DE UN ÁNGEL.

    En principio, no quería decir quien, y dar un nombre, pero he visto necesario mostrar toda la realidad, (puesto que afecta, y mucho, a nuestro ánimo y se trata de alguien muy importante y relacionado directamente con nuestro proceso de adopción) para poderle rendir un pequeño Homenaje y un tributo más que merecido...
     Esa persona tan maravillosa, es quien nos permitió conocer a Denis en su día; y quien quizás más (junto a su querida esposa) ha hecho para que hoy, podamos estar compartiendo nuestra vida con Lera. Se trata de nuestro Representante en Vladivostok (aunque ya en la asignación de Lera, fue su esposa quien llevó todo el peso y se hizo cargo de nuestro expediente) pero por encima de ello, nuestro gran y querido amigo Iván. Hay muchas familias, que no encuentran esa Confianza y Empatía con quienes desarrollan la labor de tramitar sus expedientes de adopción...pero nosotros, y siempre lo hemos mostrado, tuvimos la enorme suerte de estar en manos de alguien que por encima de todo, amaba su trabajo: y ello, motivó una relación muy estrecha e íntima, a pesar de la aparente frialdad rusa para mostrar los sentimientos. Nosotros, fuimos afortunados de poder seguir confiando en él por encima de todas las cosas, cuando nuestro proceso atravesó los peores momentos...y siempre tuvimos (y lo seguiremos teniendo con su mujer; desde hace unos meses, representante de nuestra ECAI) la completa seguridad de que serían ellos quienes tramitaran un nuevo expediente, si pudiéramos volver a emprender el camino de una segunda adopción (algo difícil a día de hoy, por el elevado desembolso al que deberíamos volver a hacer frente, pero sin duda, lo más deseado por nosotros tras la llegada de nuestra hija). De un modo u otro, hemos mostrado en diferentes ocasiones (y hemos presumido de ello), nuestro convencimiento de tener en ese apartado lugar del Lejano Oriente, a parte de nuestra familia...a la vez que les mostrábamos con seguridad, que en España tienen ellos también la suya...
     Quizás haya a quienes sorprenda nuestro cariño por él, considerando que este es su cometido; pero la forma de hacerlo y el interés por su trabajo, así como el cariño mostrado a cada niño que se ponía a su paso, nos permitió irnos fijando en la fantástica persona de quien dependían nuestras opciones de ver ampliada la familia. Hemos compartido con él, los fabulosos momentos de sentirnos padres por primera vez y de verlo hecho realidad; pero lejos de querer recibir alabanzas, siempre permanecía en un segundo plano, aún sabiendo el gran trabajo realizado: "incomparable su labor", como nos dijo otro representante de la misma región en uno de nuestros últimos días en Vladivostok. No encuentro esas palabras para expresar lo que sentimos, tras recibir la fatal noticia...pero lo más triste, es que la distancia, nos vuelve a impedir estar en el sitio en el que pensamos que debíamos estar: acompañando a esa querida familia y a esa maravillosa persona que este fin de semana nos dejaba. Habrá muchas personas que lo echen de menos; y muchos menores que no tengan la suerte de conocerlo en el camino para encontrar su familia. Siempre fue un ángel, aunque sobre todo, para los niños: esos pequeños a quienes siempre dedicó su tiempo, incluso en momentos en que su propia salud estaba amenazada... Nos deja alguien muy querido, aunque no nos queda la menor duda, que ahora seguirá permitiendo a las familias reunirse; pero en este caso, ya lo hará en el cielo. Allí, podrá contar a mi padre como nadie, todos y cada uno de los fantásticos detalles que compartimos al conocer a Denis (a quien de algún modo, también él estaba muy unido por el cariño que lo tenía), y cuya pérdida, no llegó a creerse...pero sobre todo, podrá explicarle como fue y como vivimos, el momento de conocer a Lera y las Navidades en que nos convertimos en familia. 

     Recordaremos siempre, ese recibimiento en el aeropuerto en nuestro último viaje; a pesar de acabar de salir del hospital tras una larga y dura convalecencia...pero pensando todos que en cuestión de tiempo, su recuperación sería total. No podremos olvidar tampoco, cuando quiso vernos en el viaje de asignación de nuestra hija, acompañándonos al Notario para aceptar la asignación, aunque era ya su mujer quien se encargaba de nuestro expediente: como él mismo nos decía, "ahora era ella la jefa". Y lo hizo por el cariño que sabía que lo teníamos y que comprendíamos que era mutuo...pero también, porque no podía dejar a un lado su trabajo; buscar incansablemente información de los menores más necesitados, y permitir a las familias encontrar a sus hijos y unirlos para siempre: y esto fue algo que le hizo incluso olvidarse de sus propias dolencias. Y no podremos olvidar jamás, Cómo hacerlo!!: esos viajes diarios a Savodskoy a ver a Lera, teniendo incluso que renunciar nosotros algún día a visitarla, para que pudiera compartir más tiempo de descanso en compañía de su propia familia. Me parece verlo ahí mismo, al lado de Lera; quien con su inocencia, lo sentía extraño, a pesar de ser él (junto a su mujer), quien permitió nuestra unión para siempre. Aún tras su convalecencia, seguía leyendo y tratando de aprender para ser si cabe más profesional. Y no puedo parar de pensar en él, disfrutando de los productos españoles más típicos y que tanto le gustaban y agradecía: el turrón y el jamón. Hace apenas dos días, le contaba este detalle (para darle una agradable sorpresa) a unos buenos amigos que viajarán pronto al mismo lugar; pero que no tendrán la enorme fortuna de compartirlo ya con él, como tampoco la tendrán de haberlo podido conocer en persona. 
     Tampoco podremos olvidar nunca, aquellos audiobooks que tanto le conseguían amenizar los viajes a la casa cuna; aunque a nosotros, nos hacían imposible mantenernos despiertos. A buen seguro, que este último viaje, lo emprende acompañado de uno de ellos; porque así deseamos recordarlo, esbozando esa sonrisa que tantas veces conseguían hacerle expresar. 
     Su actividad la desarrolló durante muchos años, colaborando con las agencias y familias estadounidenses; y fue entonces, cuando tras la Ley Dima Yakovlev, llegó la prohibición de adoptar menores rusos por parte de estadounidenses, cuando comenzó a trabajar con las familias españolas. Un escaso periodo de colaboración con nuestro pais, pero muy fructífero y de un agradecimiento incalculable, para quienes hemos conseguido unirnos con nuestros hijos para siempre, gracias en buena parte a él. Veía necesario expresar esa larga andadura junto a las familias estadounidenses, porque a buen seguro que entre ellas, muchas querrán saberlo para también poderle dedicar unas oraciones. Hay muchas familias estadounidenses que siguen y consultan de cuando en vez este blog; y quizás entre ellas, haya alguna que pueda haber compartido la más maravillosa experiencia vital junto a él... Es por ello que desde hoy, nuestras plegarias estarán también con este ejemplo de persona que es, fue y será Iván... De algo estoy seguro: Vladivostok despide un ángel.
     Es el momento de despedir a un magnífico representante...pero aún más, bella persona. Gracias por todo y hasta siempre, Iván.

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