viernes, 6 de marzo de 2015

Los recuerdos de pesadillas que hoy son historia.

     Hay veces que la miro, y no puedo creerlo...tenerla ya aquí, en casa: irme a trabajar observando su rostro y su picardía al negarme (eso si, de forma muy graciosa) un beso de despedida...llegar a casa mientras duerme y poder quedarme anonadado durante un instante pensando en todo lo que ha ocurrido durante mucho tiempo, para que ella hoy, esté ahí descansando ajena a todo lo que la rodea y al sufrimiento contraído hasta poder traerla a casa. Detalles, que no pasan inadvertidos tras esos temores y pesadillas tantas veces imaginadas, deseando que no se hicieran realidad: a pesar de que algunas, realmente lo eran... Ahora, ya puedo contar algo que me tuvo aterrado y que atenazó mis nervios durante meses; mientras esperábamos esa fecha de juicio que parecía no llegar debido a retrasos en la obtención de las renuncias de los familiares conocidos (y desaparecidos sin querer saber nada; ni tan siquiera dejar rastro...). A mí se me hizo interminable esa espera (que se antojaba más corto ateniéndonos a las indicaciones y previsiones incluso desde el Ministerio de Educacion de la Región de Primorie), ya que no sabía si podría deberse al interés mostrado por alguna familia rusa. Todo este temor, vino provocado por la búsqueda de información, que me llevó hace bastantes meses, a seguir los foros de adopción de la región de Vladivostok: allí, pude seguir los datos y comentarios acerca de muchos de los menores que esperaban a sus familias, e incluso observar las publicaciones donde a modo de anuncio, publicitan a estos menores para posibilitar su adopción. Entre ellos, claro está, se encontraba nuestra pequeña... Ese interés por buscar información válida de algún tipo, trajo consigo la ansiedad por conocer directamente el interés de dos familias rusas por ella: una de ellas, de San Petersburgo. Ese dato, decidí omitírselo a Paula, para hacer más llevadera la espera para ella, ya que en ese momento, una noticia de ese calado, podía provocar un auténtico drama y aún más tensión alrededor nuestro: bastante difícil era ya la simple espera, pensando que no había ninguna amenaza externa para el final feliz de nuestra historia...y era más que suficiente con que yo lo supiera, porque hacía más necesaria aún esa fecha tan deseada y anhelada siempre por cualquier familia. De ahí también, que diéramos aún más por buena cualquier fecha que llegase de juicio, puesto que cada día generaba más angustia en mi persona. De todos es sabida la fecha que llegó; esa Nochebuena y esas fiestas Navideñas tan familiares (y tan problemáticas por ser las de mas trabajo quizás en todo el año en el restaurante), que no impidieron ese viaje hacia lo más querido por nosotros...el que nos permitió ser los papás de LERA, y que gracias a Dios, se produjo. Fue pues, ese día de Nochebuena; cuando en pleno juicio, nos mostraron a los presentes, todos los detalles acerca de estas familias que mostraron su interés y que posiblemente por "problemas de salud", posibilitaron que nuestro ofrecimiento pudiera concretarse y tener ese final feliz. Ese fue el momento en que Paula conoció ese interés; y también cuando se dio cuenta que yo tenía conocimiento de ello: me sintió emocionado al asentir ante la afirmación de la jueza sobre la existencia de estas familias que durante esos meses, habían puesto su atención en aquella imagen de la base de datos, que debo reconocer, también a nosotros nos enamoró. Pero eso era ya historia...En ese preciso momento, se concretó la adopción de nuestra hija y estas terribles pesadillas que durante meses me atenazaron, pasaron a ser una anécdota más de este duro peregrinar hasta nuestra unión definitiva. Hoy, puedo dar gracias por haber pasado esa Pesadilla...y que no sea un recuerdo lleno de Tristeza. Quizás ese deseo de aprender y conocer en profundidad cada detalle, me jugaron una mala pasada; pero me enseñaron aún más acerca de todo lo que rodeó nuestro proceso de adopción...y por ello, nunca podré arrepentirme, ya que será algo más que poder contarle a nuestra hija.

2 comentarios:

  1. ¡Qué horror! No puedo imaginar lo mal que se tiene que pasar en esas circunstancias, y sin poder compartirlo con nadie. ¡Qué meses tan duros! Admiro tu fortaleza y tu generosidad, otro motivo más para alegrarme de que vuestra pesadilla haya terminado. Un abrazo

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  2. Esa pesadilla o pensamientos tengo yo ahora. Espero con ansia que todo se nos vaya solucionado. 😘

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