miércoles, 14 de octubre de 2015

Una jornada muy esperada...la de una llegada a casa muy especial.

     Ayer, fue uno de esos días que nos quedarán para siempre en la retina y que servirán para recordar cuál debe ser el final en todos y cada uno de los procesos de adopción...la llegada a casa de los pequeños: a ese, su hogar, que siempre los estará esperando. Se trataba de un instante muy esperado, ya que era el momento de recibir a un pequeño a quien hemos visto crecer a través de las imágenes que nos llegaban y del amor de quienes ya son sus papás para siempre: unas personas luchadoras, que siempre han estado al lado de los demás, ofreciendo su esfuerzo para la llegada a sus familias de todos los pequeños...y que han recibido al fin, la merecida recompensa de poderse unir para siempre. Ayer era para ellos el momento que tanto esperamos todos de llegar al aeropuerto junto a nuestros hijos; porque sólo entonces, puedes empezar a creerlo... Como esta misma mañana nos confesaba ésta feliz mamá, le costaba creer que al despertar, su querido hijo ya estuviera en casa con ellos. Ese primer día, es como despertar del sueño...porque salir por la puerta de la terminal y ver familiares, amigos, y en definitiva, personas conocidas, te hace comprender que definitivamente, no hay vuelta atrás... Y por vez primera, puedes respirar y sentirlo junto a quienes has compartido tanto las alegrías, como los momentos de mayor tristeza y desaliento. En este caso, se trataba de una de esas familias con quienes más de cerca hemos compartido el mayor deseo de nuestras vidas... Nos conocimos hace algo más de dos años, cuando en un momento dado, fuimos recibiendo noticias sobre la paralización de los procesos de adopción en Rusia. Por aquellas fechas, ya habían conocido a su pequeño aproximadamente medio año antes; y aún así, nunca dieron su brazo a torcer, como tampoco lo hicieron todas aquellas a quienes tanto nos unió la adversidad. El de ayer, fue de hecho un día en que además de la tremenda emoción (y las lágrimas que asomaban, esta vez de alegría...) que sentimos al verlos salir por esas puertas del aeropuerto; sentimos también una especie de escalofrío, pensando y procesando la información y los momentos compartidos, que a modo de diapositivas, recorrían nuestra mente a increíble velocidad... al tiempo que recordábamos, a quienes aún continúan por el duro camino de sus sueños. Ese pensamiento, nos emplazaba ya al siguiente paso, sin haber terminado de dar el ya iniciado: continuar adelante, acompañando y ofreciendo nuestro aliento y esfuerzo a estas (y muchas otras) familias, con la misma determinación con la que todos lo hicimos hasta ahora. Así pues, fue esta una jornada realmente feliz; pero tras esta nueva travesía que finaliza casi milagrosamente (por el tesón sobre todo, tanto de los papás como de su hijo...) con éxito, esperan muchas otras que tras no pocos obstáculos, culminarán con esa misma Felicidad plena con que ayer, estos amigos llegaban a su hogar...y esa misma con que los esperábamos junto a esas otras familias ya conocidas con quienes allí coincidimos. Sabemos a ciencia cierta, que muchas otras familias, querrían haber estado allí a su lado; pero aunque el horario de llegada no era propicio, al vernos, sintieron al igual que nosotros, a todas aquellas personas a quienes hemos conocido y compartido; y a quienes tanto nos hemos unido a lo largo de esta larga travesía...
     La timidez del pequeño a su llegada, contrastaba con esa hermosa sonrisa, que parecía propia de quien reconoce la victoria tras la batalla...de quien aprende de la adversidad para hacerse fuerte y conoce su propia fortaleza a través del esfuerzo. Se trata de un pequeño "héroe", que nos sorprendió a todos al conocer su determinación para que fuera esta y no otra su familia...tras reconocer el Amor incondicional que lo dispensaban, aún sin haber conocido hasta entonces su significado. Él, nos demostró que también fue capaz de seguir su instinto, tras sentir ese mismo flechazo que siempre se produce en los adultos al conocerlos... El tiempo perdido por los pequeños, no puede recuperarse; pero puede servir, como en este caso, para afianzar y estrechar el vínculo familiar, a pesar de la enorme distancia que los separaba, permitiendo que ese famoso hilo rojo del Destino, los mantuviese unidos para siempre.

     Creemos que tras tantas lágrimas retenidas (además de aquellas imposibles de contener en muchos casos), llegará un momento de liberarlas cuando todo termina: pero ahí está el verdadero significado de la adopción...que te cambia tanto la vida, que no puedes detenerte a observar las piedras encontradas en el camino; sino a tratar de ver las oportunidades que se nos ofrecen e intentar aprovecharlas, aprendiendo además con ello a sortear las que en el futuro se nos presenten. Comienza entonces una nueva etapa, en la que las dificultades y los retos son otros...pero en la que muchos de aquellos que conocimos, nos seguirán acompañando y compartiendo sus vidas, independientemente del estado, etapa o distancia que nos separe. No pasaremos "pantalla"; porque el proceso nos atrapó...y al igual que otros encontramos siempre en quién apoyarnos en algún momento de dudas, habrá quien necesite hacerlo en quienes ya completamos este primer tramo. 
     La llegada de cualquier menor a una familia, es maravillosa: pero cuando estos no lo hacen directamente al nacer, sino a través de un aeropuerto o una escala intermedia, adquiere un significado especial, que únicamente el corazón nos logra transmitir... 


1 comentario:

  1. Me alegro muchísimo, es maravilloso. Que lleguen más noticías como ésta!!!
    Por cierto me guardo la imagen para mi colección.
    Saludos

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